Los hornos de ladrillo en Boedo

3 de julio de 2009




Aunque para el imaginario popular Boedo fue barrio de cuchilleros, la verdad es que sus pobladores, lejos de ser diestros con el puñal, lo fueron con la pala, que era la fuente de sus salarios. Boedo estaba salpicado por los hornos de ladrillo.


La foto que ilustra este artículo, nos muestra, justamente, la cocina, de uno de los más famosos, el de Luis Vignole, en Avenida Pavón 3877. La cocina para aquellos obreros era central, allí se reponían las fuerzas con el puchero, la sopa, y las rondas de mate con galleta; que era el menú popular de aquellos tiempos (último cuarto del siglo XIX y comienzos del XX), para todos los días de la semana, con excepción de los jueves y domingos, en que comía guiso de carne con papas.


La peonada libaba los almuerzos con caña, vino y tabaco, que adquirían de un proveedor vecino.

Vignole se había establecido en 1885, cuando Pavón era un camino real, por el que circulaban penosamente los carros y carretas. Tan malo era su estado, que los dueños de los hornos aledaños, le pagaban una cuota al vecino Juan Balestrini (apodado Guanín), para que mantuviera transitable la huella pantanosa.


Además del horno de Vignale, fueron famosos el del vasco Anchón, el de Martín María, el del tuerto Morini, el de Perotti, el de Copatti. Los de Mazola y Estevarena, que fueron los últimos en desaparecer y se hallaban ubicados en Av. Asamblea entre Emilio Mitre y Cuarapaligüe, frente a los “terrenos de la pólvora”, hoy Parque Chacabuco.


La cocina de la foto existió, con seguridad, al menos hasta entrada la década de 1950, sobre un terreno de dos metros de alto sobre el nivel de la calzada, en las que por entonces se conocían como “las lomas de Flores”


Las primeras casas del barrio, que modestos propietarios edificaron sobre los terrenos comprados a mensualidades en los loteos de las viejas quintas de de verdura y montes de fruta, fueron levantadas con los ladrillos de esos hornos.








Documentos:


Solicitudes presentadas a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, para la instalación de hornos de ladrillos en Boedo.



1) 3 de diciembre de 1880. Joaquín Balda pide instalar un horno de ladrillo en el terreno sito en calle Venezuela y Boedo, en la Quinta conocida como “la de Arroyo”. La segunda hoja da una descripción muy interesante del paraje.










2) 25 de junio de 1881. Eduardo Cerviño pide instalar un horno de ladrillo en un terreno de su propiedad, en la calle México, en su cruce con Boedo (aprox), a cuadras al Oeste del Tren de la basura.






3) 25 de febrero de 1881. Ezequiel Gorchitorena, pide instalar un horno de ladrillo en Carlos Calvo (Entonces llamada Europa) y Maza.






4) 11 de abril de 1881. Domingo García, pide instalar horno para fabricar ladrillos en Avenida Pavón y Boedo.






5) 15 junio de 1882. Andrés Maggi, pide instalar un horno en la calle Europa ( Hoy Carlos Calvo) en la que fuera la Quinta de Cuitiño.





Plano 1892 Ampliación Zona Boedo.




En la parte inferior en linea punteada se observa parte del recorrido del tren de la basura.


Calle señalada como:


Artes y Oficios: actual Quintino Bocayuva.

Bayona: actual Yapeyú

Europa: actual Carlos Calvo

Comercio: actual Humberto Primo




© Ana M. di Cesare

Versión para Internet, resumen del artículo publicado en Revista Opus Tango

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