Mi compañero de investigación, Gerónimo Rombolá, insistía a comienzos de los 90:
- Hay que fotografiar todo, en unos años no quedará nada de la identidad de la ciudad- ( se refería a las antiguas casas, edificios, plazas, en fín a la planta urbana).
Y fue verdad, inmuebles bellísimos, representantes de la historia de cada barrio, fueron demolidos, sin piedad por los intereses de los vecinos, que siempre se mostraron favorables a poner en valor, en lugar de destruir el patrimonio arquitectónico.
En los últimos años, durante la pandemia, durante la cuarentena lo que es mucho más grave, la tarea de barrido fue inmensa. Cuando comenzamos a salir, vimos los huecos, en todos los barrios.
Sabemos que el paso del tiempos todo lo cambia, que hay una necesidad de adecuación a los tiempos.
Traigo dos fotos de Catastro de una casa que fue demolida pasado el 2000.
Ahora se ve un duplex bonito. Pero, ¿Habrá valido la pena demoler aquella casa de estilo italianizante, bien conservada, con mucho espacio unifamiliar ?
© Ana di Cesare
