En la cortada San Lorenzo Nro.380 (San Telmo), se encuentra la casa más angosta de la ciudad, apenas 2,30 metros de frente, que disminuyen hacia el interior a causa de sus gruesos muros de 45 cm de ancho.
Acerca de su origen los historiadores no se han puesto de acuerdo. Para unos, es el residuo que quedó luego de las múltiples subdivisiones que sufrió el predio que en un principio la contenía. Para otros, era casa de libertos.
Cuando los esclavos adquirieron su libertad y, en muchos casos debieron procurarse una vivienda, sus viejos amos, les concedían una pequeña porción de terreno dentro de sus propiedades, para que la edificaran, cuando el liberto fallecía, ésta regresaba a manos del donante.
Esta extraña casa parece haber sido construida hacia 1850. En su mínimo terreno de 13 metros de largo, tiene en la planta baja un hall, patio y cocina; en altos, una habitación a la que se accede por una escalera caracol.
La leyenda cuenta que le perteneció a un esclavo de Urquiza, pero más allá de la realidad histórica y del mito, nos quedamos con las palabras que sobre ella dijera Baldomero Fernández Moreno: “ Más que una casa (…) es una fisura que llenaron de ladrillo y cal para que no se vea el azul del cielo”.
Acerca de su origen los historiadores no se han puesto de acuerdo. Para unos, es el residuo que quedó luego de las múltiples subdivisiones que sufrió el predio que en un principio la contenía. Para otros, era casa de libertos.
Cuando los esclavos adquirieron su libertad y, en muchos casos debieron procurarse una vivienda, sus viejos amos, les concedían una pequeña porción de terreno dentro de sus propiedades, para que la edificaran, cuando el liberto fallecía, ésta regresaba a manos del donante.
Esta extraña casa parece haber sido construida hacia 1850. En su mínimo terreno de 13 metros de largo, tiene en la planta baja un hall, patio y cocina; en altos, una habitación a la que se accede por una escalera caracol.
La leyenda cuenta que le perteneció a un esclavo de Urquiza, pero más allá de la realidad histórica y del mito, nos quedamos con las palabras que sobre ella dijera Baldomero Fernández Moreno: “ Más que una casa (…) es una fisura que llenaron de ladrillo y cal para que no se vea el azul del cielo”.
Resumen de artículo: Revista Galaxia Porteña, Ano 1, Nro 5, Septiembre de 2004
Queda prohibida la reproducción parcial o total de este trabajo, sin mi respectiva autorización por escrito.
Las fuentes documentales y bibliográficas pueden solicitarse al correo del blog