TESTIMONIOS DE LA CUARENTENA

 


Llevo tres décadas viviendo en el mismo lugar de la ciudad de Buenos Aires.

Tuvo  que llegar el coronavirus y la cuarentena, para descubrir que particulares idiosincrasias, dividen a nuestro pequeño barrio en distintas áreas. ¿Cómo es posible? Entiendo, que marcó una diferencia el vivir en casas con patios y jardines o  en departamentos. De otro modo no se explica.



 

Mi perímetro, ha cumplido la cuarentena a rajatabla. Los vecinos hemos salido para abastecernos de alimentos, de remedios, pagar nuestros servicios e ir a los cajeritos de los bancos y para nada más. Fuimos tan rigurosos, que hasta hace unas dos semanas, solo me crucé con tres vecinos, dos de ellos íntimos amigos, con los cuales cambiamos unas palabras a exagerada distancia. 

 


Cumplimos sin rechistar con la distancia social, el uso de barbijos, todos los recaudos. Yo que era alérgica al cloro, me desensibilicé tanto limpiar  frascos y paquetes y trapos de pisos y lampazos.

Vivos mis vecinos estaban, porque estuvimos comunicados por WhatsApp todos los días de estos meses de cuarentena y distanciamiento social. (1)

Pero hubo sectores que tuvieron otra conducta.

 


Cuando comenzó la pandemia y me asomaba a la calle, salía con celular.

 

  

Llevarlo, me permitió registrar como cambiaba la relación con la cuarentena apenas alejarme cinco cuadras hacia el Este. 



Las fotos que subo, son del 25 de abril. Sirven como testimonio de la conducta humana en tiempos de grandes riesgos, la inoperancia de los bancos para resolver cuestiones esenciales como es el cobro de jubilaciones y, la tremenda mentira de que había que abrir la cuarentena, porque los porteños no resistían el encierro y el alejamiento. 

 


 

Seamos honestos, la mayoría de los porteños, salieron sin necesidad y acompañados, hasta en los momentos más rigurosos de la cuarentena.

 


En esos primeros días, mientras caminaba las diez cuadras que me separan de las sucursales bancarias, iba fotografiando todo lo que veía. 



 
Rápidamente dejé el celular el casa, pero en esas pocas oportunidades, logré una pequeña colección. Las imágenes no mienten.

 


(1) Alguna vez se estudiará la función que el WhatsApp, cumplió en tiempos de la cuarenta, o distanciamiento social.


© Ana di Cesare